Período
Meiji
Carta de Juramento |
Saigō
Takamori, uno de los líderes más viejos en el Gobierno Meiji, estaba
particularmente preocupado por la creciente corrupción política. Después de una
serie de diferencias con el gobierno, renunció a su cargo y se retiró al
dominio de Satsuma. Ahí estableció academias donde todos los estudiantes
tomaban un entrenamiento e instrucción en tácticas de guerra. Las noticias
acerca de las academias de Saigō fueron recibidas con gran preocupación en
Tokio.
El 12 de
febrero de 1877, Saigō se reunió con sus terratenientes Kirino Toshiaki y
Shinohara Kunimoto y anunció su intención de marchar a Tokio para entrevistarse
con el gobierno. Sus tropas comenzaron a avanzar, y para el 14 de febrero la
avanzada arribó a la prefectura de Kumamoto, donde atacaron el Castillo
Kumamoto.
Período
Taishō
El período
Meiji finalizó con la muerte del emperador en 1912 y el consiguiente ascenso al
trono del Emperador Taishō. El nuevo emperador era un hombre sumamente enfermo
y débil, tanto física como mentalmente, por lo que durante su mandato se
mantuvo alejado de cuestiones políticas y las decisiones del gobierno recayeron
en la Dieta y su gabinete. Debido a su incapacidad, su hijo Hirohito fue
nombrado «Príncipe regente» en 1921.
Período
Shōwa
El Emperador
Taishō falleció el 25 de diciembre de 1926 después de un breve reinado y a
partir de esta fecha el príncipe regente Hirohito fue investido como el nuevo
emperador de Japón, comenzando así la era Shōwa.
Tratado Naval de Washington |
Período
Heisei
La Era
Heisei comenzó el 8 de enero del año 1989, un día después de la muerte del
Emperador Shōwa y el consiguiente ascenso al trono del príncipe Akihito.
Durante esta
era comenzó el estallido de la burbuja financiera e inmobiliaria en Japón:
desde finales de 1987 los precios de las acciones y del suelo se inflaron de
forma continua y acelerada, y aunado a tasas de interés bajas, crearon una
burbuja especulativa. Después de la caída del dólar durante el «Lunes negro»,
inversionistas japoneses comenzaron a adquirir propiedades y empresas
estadounidenses, lo que llevó a la Reserva Federal a tomar diversas medidas
para contrarrestar la política económica japonesa.